¿Merece la pena abandonar los estudios para empezar a trabajar? Hace 25 años, muchas personas de mi generación –cuarenta y pocos años- pensaban que sí.

Tengo compañeras de la antigua EGB que dejaron de estudiar y empezaron a limpiar casas. ¡A los 15 años! Y algo similar ocurría con ellos y el trabajo en la obra.

A esa edad, en la que nos creíamos muy adultos, las 15.000 pesetas de salario mensual parecían una pequeña fortuna. Sobre todo, comparada con la paga mensual que te daban los padres.

¿Y por qué saco el tema ahora? Porque la Federación de Enseñanza de CCOO acaba de publicar un informe que ahonda en las causas del abandono educativo. Y analiza la evolución de esta tasa en los últimos 25 años.

La tasa de Abandono Educativo Temprano (AET) es el porcentaje de jóvenes entre 18 y 24 años que abandonan los estudios con una titulación inferior a la Secundaria postobligatoria. Esto quiere decir que no tienen Bachiller ni FP de Grado Medio.

En la actualidad es necesario tener una titulación postobligatoria para insertarse laboralmente. Pero también para favorecer el desarrollo personal y entender nuestra sociedad. Por eso se considera ‘Temprano’, destaca el estudio.

Abandono desigual

Según el informe del sindicato, la tasa de AET ha bajado del 41% al 19%, pero de manera desigual.

Entre 1992 y 2000 se redujo en un 29%. Esta etapa se produjo la implantación de la LOGSE y de la enseñanza obligatoria hasta los 16 años. También el nuevo impulso a la FP reglada y la construcción de los institutos correspondientes.

De 2000 a 2008, una etapa en la que todas las CCAA tienen competencias plenas en Educación, subió un 8,9%.

El aumento del abandono escolar coincidió con la apuesta por un mercado laboral que absorbía empleo juvenil sin cualificar. Desincentivando, consecuentemente, la continuidad en los estudios por parte de los jóvenes.

Finalmente, entre 2008 y 2016 la tasa cayó en un 40,1%. Los motivos hay que buscarlos en la crisis económica. Ésta ha retenido a los jóvenes en las aulas o los ha devuelto a las mismas, ante la falta de alternativas laborales.

Por debajo de la UE

La mejora es evidente, pero no debemos cantar victoria. En realidad, la tasa de AET del 19% es superior a la media de la UE, del 10,7%. De hecho, sólo Malta tiene un porcentaje mayor que el español.

Aún hay más. La diferencia entre España y la UE apenas se ha recortado en los últimos 15 años.

¿Qué podemos hacer para reducir estas diferencias? Estas son algunas de las sugerencias de CCOO:

  • Prolongar la escolarización hasta los 18 años. Así, alcanzaríamos tasas de escolarización a esas edades similares a las de la UE.
  • Generalizar la FP en la mayoría de los institutos, cubriendo la demanda y ofreciendo las diferentes enseñanzas postobligatorias integradas.
  • Impulsar las enseñanzas de segunda oportunidad para alcanzar la titulación obligatoria. Por ejemplo, la educación para adultos o el Bachillerato nocturno.
  • Fortalecer e incentivar el reconocimiento de la formación específica en la contratación laboral, en vez del empleo juvenil genérico, sin cualificar.

CCOO también apuesta por adecuar la FP a las características del colectivo que ha abandonado las aulas. ¿Cómo?Dotándole de mayor carácter práctico, reconociendo la formación realizada o las competencias adquiridas vía experiencia laboral y dando facilidades para acceder a nuevos estudios.

Puedes consultar el informe completo de Comisiones Obreras en este enlace.