Francia ha iniciado el 2017 abriendo un debate en el campo de los derechos de los trabajadores. El 1 de enero entró en vigor allí la ley que regula la desconexión digital fuera del horario laboral. Es decir: el tiempo en el que el empleado no tiene obligación de responder a llamadas o correos electrónicos de trabajo.
La Ley El Khomri –por la ministra que la ha promovido- quiere avanzar en la conciliación laboral y familiar. Y garantizar el tiempo de descanso y el respecto a la vida personal.
¿Cómo? La Ley El Khomri no prohíbe expresamente las conexiones laborales fuera del horario de trabajo. Pero la dirección y los representantes de los trabajadores de las empresas con más de 50 empleados deberán llegar a un acuerdo para establecer dispositivos de regulación.
Si no firman ningún convenio, la primera deberá escribir a los segundos una carta con las normas de desconexión que adopte.
La Ley El Khomri señala la presión que los dispositivos digitales facilitados por el empresario ejerce sobre los trabajadores. Su uso fuera del horario laboral puede producir una sobrecarga de información que afecta a la salud de los mismos.
La conexión a distancia a cualquier hora, con el consecuente incumplimiento de los tiempos de descanso diarios o semanales, aumenta el riesgo de estrés, burnout y cansancio.
Ejecutivos y jóvenes
Con independencia de la controversia provocada, Francia es el único país que ha implantado una norma de este tipo. Y previsiblemente, servirá de referente para otros países europeos, donde la conexión permanente es un auténtico problema.
En el país vecino, un 37% de los activos utiliza sus instrumentos digitales profesionales fuera del horario laboral. Y un 62% estaba a favor de regularizar este aspecto, detalla un estudio de la consultora Eleas. Por lo general, los ejecutivos y los jóvenes son los que más exigen este tipo de normas.
En Europa, por su parte, el 71% de los ejecutivos mira sus correos y mensajes electrónicos por la noche o en días festivos. Y el 76% piensa que estas herramientas afectan de forma negativa a su vida privada, según un estudio de Deloitte (2015).
Desconexión digital en España
¿Y qué sucede en España? ¿Es factible implantar una ley similar en el país europeo con mayor penetración de smartphones?
En teoría, somos trabajadores adultos, son criterio suficiente para saber cuándo desconectar y descansar.
Pero el 77% de usuarios de estos teléfonos sufre nomofobia (pánico cuando se le olvida o no puede conectarlo), y uno de cada tres españoles padece tecnoestrés. Asimismo, la adicción de la telefonía móvil ya está considerada como la dependencia del siglo XXI.
A los problemas para la conciliación y racionalización de horarios se suman las reclamaciones de algunas empresas y jefes hiperconectados.
Éstos envían mensajes fuera de horario y esperan una respuesta inmediata. Y no tienen en cuenta el impacto sobre la salud del trabajador y su familia. Los empleados salen físicamente de la empresa, pero no dejan de trabajar.
Por otro lado, el teletrabajo y las nuevas profesiones en Social Media incrementan este problema. También los contratos precarios y el alto índice de desempleo, que fuerzan a muchas personas a hacer lo que sea por mantener su trabajo.
Con este panorama de fondo, la desconexión digital debería imponerse por ley para garantizar el derecho al descanso.