Ya han sido muchos los que se han liado la manta a la cabeza y se han lanzado a la aventura de trabajar en el extranjero. Los jóvenes de hoy en día escogen esta opción bien para perfeccionar el idioma mientras ganan un dinero, o bien porque nuestro país no les ofrece otra alternativa.

La fuga de profesionales

Las inquietudes de cada persona son muy particulares. Algunos desean dar un giro completo a sus vidas. Otros buscan lo que no encuentran en su propio hogar. El caso es que esta «fuga de cerebros» se viene produciendo ya desde hace algunos años y coincidiendo con la entrada de la crisis en nuestro país.

Las generaciones actuales se caracterizan por estar sobradamente preparadas pero con poca experiencia a sus espaldas. Para subsanar este agujero en sus currículos que mejor opción que viajar allí donde puedan desarrollar sus habilidades profesionales.

Las ventajas de hacer la maleta

Decidir trabajar en el extranjero tiene más ventajas que desventajas. La decisión nunca es fácil. Sin embargo, la mayoría de personas que se han lanzado a la piscina no se arrepienten de la experiencia. Algunos de ellos hasta han encontrado el trabajo de sus vidas lejos de su frontera.

Las ventajas de trabajar en el extranjero son:

  1. Aprenderás el idioma del país origen de la mejor forma en la que se puede aprender una lengua. Estando allí donde se habla.
  2. Te empaparás de toda la cultura del lugar al que viajes.
  3. Ampliarás tu experiencia y mejorarás tu imagen de cara a futuros empleos. Las empresas valoran mucho a las personas con iniciativa y sin miedo a viajar.
  4. Ganarás un dinero extra. Además, ser trabajador en el extranjero tiene premio a la hora de hacer la declaración, siempre que se siga teniendo la residencia en España, ya sea porque permanezca en nuestro país más de 183 días al año o porque aquí radiquen sus intereses económicos. En concreto, los rendimientos obtenidos por estos trabajadores en el extranjero están exentos de tributación hasta un límite máximo de 60.100 euros anuales. Una cantidad premia, de algún modo, la internacionalización de las empresas y la movilidad de los trabajadores.
  5. Generarás una amplia red de contactos. Trabajar en el extranjero te brinda la posibilidad de desarrollar nuevos vínculos a nivel internacional e incluso ampliarlos aún más.
  6. Te sentirás valorado. En muchos países se tratan a los trabajadores más que como simples números. Su cultura laboral es muy diferente a la nuestra, por lo que podrás ver cómo se reconoce tu trabajo.

Los inconvenientes que podrás encontrarte son mucho menores que las ventajas. Echarás de menos tu casa y tu familia, puede que al principio tengas que trabajar de algo que no es lo tuyo, es posible que tengas que compartir piso o casa con otras personas, etc.

Aún así, los inconvenientes ofrecen siempre nuevas oportunidades dignas de ser aprovechadas para crecer como persona y como profesional. Quién sabe. Puede que tu futuro y tu estabilidad laboral se encuentren lejos de tu país natal.