La formación continua o permanente es un campo muy amplio que abarca programas completos de aprendizaje. Este tipo de formación se aplica tanto a trabajadores, como a estudiantes y desempleados.

Cómo se define la formación continua

Como el conjunto de acciones formativas desarrolladas para mejorar las cualificaciones, conocimientos y competencias de los trabajadores. Una formación que además se puede extender a personas que se forman para buscar empleo, así como cualquier actividad de aprendizaje realizada para mejorar conocimientos, competencias y aptitudes de todo tipo.

La formación continua se utiliza para mejorar la capacidad de adaptación, la competitividad, para actualizar los conocimientos y facilitar el acceso al mercado laboral a desempleados, trabajadores y empresas por medio de varias líneas de actuación.

La formación permanente nunca debe entenderse como la realización de un simple curso, sino como la mejora continua de los conocimientos profesionales de cada uno.

Tipos de formación continua

Dependiendo del ámbito en el que se aplique la formación permanente se puede distinguir entre:

  1. Formación profesional continua: Cuando los programas formativos se aplican por parte de empresas a trabajadores en activo.
  2. Formación profesional ocupacional: Cursos, actividades, etc destinados a personas en búsqueda de trabajo.
  3. Formación profesional específica: Se trata de los programas formativos destinados especialmente para los estudiantes.

Características de la formación continua

La formación permanente ha de tener una serie de elementos característicos para ser efectiva.

Un buen plan de formación continua ha de tener características como:

  • Diagnóstico.
  • Objetivos.
  • Acciones formativas.
  • Evaluación.
  • Seguimiento.

En toda formación continua es muy importante estudiar antes las necesidades formativas de cada persona, para conocer las acciones formativas adaptadas a cada una de ellas, así como al objetivo final pretendido. La formación debe adaptarse a quien la realiza y no al revés, ya que  la formación permanente es una herramienta para conseguir objetivos y resultados.

Objetivos de la formación permanente

Cualquier estrategia de formación continua tiene unos objetivos muy definidos tales como:

  • Reforzar el nivel de cualificación de los profesionales en los diferentes sectores, evitando así el estancamiento en su cualificación y mejorando, por tanto, su situación laboral y profesional.
  • Responder a las necesidades específicas de las organizaciones y empresas.
  • Potenciar la competitividad de las instituciones y empresas.
  • Adaptar los recursos humanos a las innovaciones tecnológicas y a las nuevas formas de organización del trabajo.
  • Propiciar el desarrollo de nuevas actividades económicas.
  • Ayudar a los desempleados a mejorar sus currículos.
  • Preparar a los estudiantes para el mercado profesional.

En definitiva, la formación continua es una constante puesta al día de los conocimientos de las personas. En la sociedad en la que vivimos es necesario estar constantemente renovando capacidades para poder satisfacer las nuevas necesidades que surgen con el día a día.

La estrategia de la formación continua no persigue sólo objetivos económicos, sino que además se pretende que los profesionales puedan desarrollarse personalmente e insertarse activamente en una sociedad que cada vez es más compleja y que requiere una cualificación mayor.