No puede ser casualidad el hecho de que muchos de los emprendedores y emprendedoras que hoy en día cuenta su experiencia profesional comienzan la historia por «un día tomando un café con…».

El café, las empresas y los emprendedores

El ritual de tomar café implica relajación, conversación y conexión con la otra persona. Se habla y se piensa mucho mejor alrededor de una taza de café. Café o la bebida que sea, es decir, el «café» es solo la excusa, lo importante es ese momento.
También forma parte del día a día de empresas y administraciones, el equipo se vuelve una piña a la hora del desayuno, a veces continuando temas laborales y otras veces comentando problemas y triunfos personales.
Incluso en la soledad del freelance el café tiene su papel importante, esa taza de café junto al teclado del ordenador en casa, en el Starbucks más cercano o en el centro de coworking. Sorbito a sorbito el trabajo resulta más llevadero.

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Y por supuesto el deseado momento del coffee break, el rey del networking en eventos, congresos y ferias, es la hora del recreo en la que podemos intercambiar tarjetas, ideas y proyectos. Acudir a unas jornadas sin pausa para el café te deja un mal sabor de boca, un regusto a «podría haber sido mejor».

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El café en la empresa es incluso símbolo de comienzo: «Hola soy el nuevo ¿en qué puedo ayudar? Tráeme una taza de café, con dos azucarillos por favor.» Y también es símbolo de esfuerzo y dedicación, acompañando las largas jornadas de trabajo para combatir el sueño.
¿Recordáis esa famosa serie que se emitió en diferentes países que giraba en torno a una máquina de café de una gran empresa? ¡Qué mejor prueba que esa de que el café puede convertirse en el centro gravitacional de un negocio!

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Este artículo solo pretendía justificar el por qué un blog destinado a tratar temas relacionados con los negocios, startups y tecnología se llama «el café», pero se ha convertido en una oda a tan preciada bebida ¡voy a tomarme un café para celebrarlo!